Una torta de sentimientos, con velas de sueños. Ya es imposible abrazarte, lo sé. Utópico pensar en chocar nuestras copas, o nuestras sonrisas. Es así y así será hasta que nos volvamos a ver donde nos toque vernos. Si sabía lo que venía, nunca te hubiera soltado la mano. Nunca.

Cada desilusión golpea más fuerte mi pecho, y vos no estás. Por la ventana una lágrima hace al Sol más esclarecedor. Aquí y ahora, solo y vacío.

Si encontrara lo que busco, si no fuera lo que soy, si nada hubiera pasado. Pero la vida se ríe, aunque hay veces que la vida no regala ni una sonrisa. Siento que dejamos mucho por la mitad, que podríamos haber aprovechado más. El tiempo pasó con la vida de la mano.

Y yo veo la gente correr, saltar y abrazarse. Yo veo todo menos lo que debería, yo sé que no vale nada esto. Pero es lo más valioso que puedo hacer.

Desarticulado me hundo en un colchón de borrosos recuerdos. Como si vivieras, sigo caminando. Pero cuando paro…

Una suerte extraña parece rodearme y aprovechando cada situación al mínimo, parezco perderme en una silueta que pocos conocen. Así llegó un final, uno de tantos, cómo llorarte si no sé diferenciar.

Aún como un ayer intangible y un futuro extraño, todo se terminó para ambos, no hay ojos que salven, que no desvíen la vista de su propio interior. Te necesito y no sabés cuanto. Si estuvieras acá.