Y ya van mil


Lo recuerdo como si fuera ayer…pero fue hace dos días. Me bajé del tren en la estación que está tan cerca de tu casa. Siempre me gustó tu barrio, la estación, siempre me tuviste fascinado. Caminé y caminé esquive charcos, depresiones y miedos hasta llegar a tu casa. Desvié la mirada del Sol para tocarte la puerta.

Sí, lo recuerdo (y cómo, si hasta se me enjuagan los ojos con sentimientos ahora…), abriste sonriente, prolijamente des-prolija, tu belleza bailaba en mis ojos cual lo que dicen alegría.

No me preguntaste que hacía por allí, no me saludaste, nada. Tomaste un abrigo (o algo así), tomaste mi mano también y me besaste calculadoramente en la mejilla. Creo que se rozaron nuestros labios.


Caminamos mucho, no me acuerdo el número de cuadras, acepto que estaba perdido en tus ojos (imposible no sonar cliché cuando te pienso). De vez en cuando saltabas y girabas, sonreías al aire, mi corazón me daba las gracias por esos momentos llenos de vida, creo que había traspasado la línea del “te amo”. Nuestros pies marcharon al ritmo de las sonrisas.

Te pedí parar, siempre arruiné los mejores momentos, y te invité a cenar. Aceptaste por obligación, pero querías seguir volando cual flor. Cenamos, lo normal, charlas, risas, miradas provocativas, nada raro. Pagué la cuenta, como cualquier otro y me dijiste suavemente al oído mientras se alejaba el mozo…

- ¿Y si volamos juntos un rato?


Morí de amor (insisto con el tema del cliché). Corriste como niña traviesa hasta la calle, mis pies se movieron por inercia hasta vos, te agarré la mano, y…volamos.


Era entrada la madrugada ya, creo que son los momentos más lindos de la semana, los domingos a la madrugada (sí, domingos). Igual sé que si hubiera sido miércoles a las 6:30 en Corrientes y Callao cuando apenas hay aire en la ciudad, si te tenía al lado, no me importaría más. Era madrugada, pero yo tenía un Sol, y era feliz, y te amo entre laberintos de espejos. Volamos, sí que volamos, remontaste vuelo, morí en el intento de alcanzarte. Sí, ahí esta la clave. Nunca tuve tus alas, ni tu hermosura, ni el Sol adentro. Como pluma seguiste en tu vuelo, como problema me quede en la tierra.


Gracias a Dios bajaste, me abrazaste y ya no era un problema, era un hombre feliz. Gracias a lo que sea, hoy te tengo acá, durmiendo en mi cama. Te tengo en el pecho y en la mente, te tengo en este texto.


Me acerco, te despierto muy suavemente, veo el Sol asomarse en tus ojos semiabiertos, y te digo casi con inocente ternura:


- ¿Y si volamos juntos un rato?



3 kilómetros por hora:

alma musical dijo...

nonononoonono no!
no podes ser tan lindo!
ves porq digo que tus ojos, tu silencio,y cada parte tuya...no dicen lo mismo que tu boca?
en serio...no se si porq soy una histerica,como decis vos,me haces llorar hdp...
abraazooo(un seco,como los q me das vos de lastima)
pero igual...
sigo pensando q sos todo un principe de la poesia...
y si estas pensando...-pero yo no escribo poesia...
si,escribis poesia...
y si todavia pensas q no...
bueno,entonces digamos.....
vos sos poesia.






*la histeria y la melancolia me hacen escribir tantan cursilerias...

te quiero!

fla

B dijo...

Creo que morí, entre esas palabras, se escapaba un hilo de vida, y mi ignorancia dominguera perdió su esencia. Te amo, y no hay más que eso. Porque las palabras sobran. Pero lo verdadero, lo que no sobra, está adentro, y no es necesario que lo especifiquemos-

B dijo...

Ah, me olvide, deja de escuchar once y seis de fito, porque en corrientes y callao me robaron por primera vez el cel-
Ni idea que tiene que ver.